Los orígenes
Cuando incluimos en el núcleo de población de Los Peñascales a todo el conjunto de urbanizaciones al norte de la presa del mismo nombre (El Peñalar, Arroyo de Trofas y Montealegre) estamos hablando, aproximadamente, de 1/4 de toda el área urbanizada de Torrelodones y de 1/6 parte de su término municipal. Esta área queda protegida del viento norte por la sierra de Hoyo y sus vistas dominantes se orientan hacia el Monte del Pardo, el skyline de Madrid y Las Rozas.
A su vez, la urbanización de origen Los Peñascales está dividida en dos por el límite entre los términos municipales de Las Rozas y Torrelodones, y sus distintas colonias se fueron creando en diferentes épocas, con variada idiosincrasia: Desde 1946 hasta principios de los sesenta se urbanizaron Peñascales-Las Matas (Las Rozas), El Enebral, Dos Cerros, El Lago y Salud y Alegría, mientras que desde la década de los sesenta en adelante lo hicieron Bella vista, El Peñalar, Arroyo de Trofas, Montealegre y El Monte I, II y III.
Los viales se trazaron con un diseño muy orgánico (excepto la parte más plana del lado de Las Matas) para adaptarse a su accidentada topografía, aunque con una sección de calles muy ajustada.
Esta planificación es coetánea a conocidas urbanizaciones de la época como La Florida o Puerta de Hierro, consideradas pioneras en este tipo de desarrollos urbanísticos y constituye el colofón de la historia personal de un emprendedor, D. Gabriel Enríquez de la Orden y González de Olivares y su mujer Da. Francisca González de Olivares y Álvarez-Buylla.
Para lograrlo, el abogado D. Gabriel Enríquez de la Orden (1875-1960) gran aficionado a la agricultura y avicultura, empezó comprando en 1919 al marqués de Villabrágima, hijo del conde de Romanones, una finca (con caserón de caza datada en 1878) de más de 500 Ha con varias denominaciones: El Berrueco (1881), Berlín (1916) y finalmente Los Peñascales (1919).
En 1920 construyó, con diseño propio, la casa-palacio en estilo ecléctico al mezclar elementos ingleses de estilo tudor y franceses, recordando el santanderino palacio de La Magdalena (1908). El interior está enriquecido con entarimados, recercados, frisos y artesonados de madera de roble americano, mientras que los jardines del palacio tienen la impronta cultural de los propietarios con rincones evocadores como el mirador conocido como el Templete de Venus. Se plantaron 100.000 pinos y 30.000 árboles de otras especies, con una inversión total de 1.000.000 pts.
Hacia finales de 1926, D. Gabriel crea la magnífica Granja Avícola Los Peñascales, una de sus mayores empresas, la primera en España y la mejor dotada. Por aquel entonces la industria avícola española era muy escasa y creyó necesario su fomento para equilibrar el déficit existente en la balanza comercial.
La producción de huevos era distribuida por todo el país produciéndose casi 4.000 huevos al día. También se comercializaba miel a gran escala y se aclimató el ganado ovino armenio Karakul para la producción de la, por entonces, tan de moda piel de Astrakán.
En paralelo a la explotación avícola de Los Peñascales, desde 1946 se fueron parcelando los 2 km de separación entre la estación de Las Matas (las Matas Altas) hasta la zona del Enebral (Peñascales), hasta que en 1955 D. Gabriel decide vender por 3.000.000 pts. al I.N.I. la parte de la finca donde se encuentra la casa-palacio y los jardines.
En esa época encarga al reconocido arquitecto Secundino Zuazo y a su jefe de estudio Michael Fleischer una vivienda en la finca “El Escondite”, junto al arroyo de Trofas, donde se traslada la familia definitivamente.
La captación de aguas: las dos presas
El problema de la captación del agua para abastecer y regar un paraje tan abrupto es el origen de la actual presa.
Desde la construcción del palacio hasta 1960 el problema se resolvía mediante minas situadas a 3 km y posteriormente con una pequeña presa muy naturalizada y revestida de piedra, sobre el arroyo de Trofas, con un depósito de regulación de agua que abastecía el palacio, la granja y a los primeros “parcelistas” instalados desde 1949.
La demanda de agua cada vez mayor y su precaria potabilidad hacía necesario el uso de pozos, cisternas e incluso de una fuente de agua potable, aún existente, en la avenida principal hasta que entre 1960 y 1962 se decide la construcción de una segunda presa, ya a nombre de Da Francisca al haber fallecido D. Gabriel, con diseño del ingeniero P. Jiménez Núñez y construida por AGROMAN, para una superficie de embalse de 2 ha y capacidad de 120.000 m3, estación depuradora, grupo de elevación y un mayor depósito de regulación para abastecer a las ya numerosas parcelas que se estaban vendiendo.
Se trataba de una presa de gravedad, de planta recta, con altura sobre el cauce del arroyo de Trofas de 17,28 m y longitud de coronación de 178,40 m.
Su talud es vertical aguas arriba y 0,80/1,00 aguas abajo y la coronación de la presa se hizo transitable con un ancho útil de 1,00 m.
La concesión de aprovechamiento de aguas del Arroyo de Trofas
Esta nueva instalación cuyos principales usos, inicialmente previstos para el aprovechamiento, eran el abastecimiento y el riego, tuvo concesión dada por Orden Ministerial en noviembre de 1961 y se mantuvo activa hasta la llegada de agua del Canal de Isabel II a finales de los ochenta.
La titularidad de la presa y terrenos del embalse, que fue inicialmente de la constructora de la familia de D. Gabriel, se vendió en 1979 a Abastecimientos y Distribuciones, S.A., transfiriéndose también la concesión. Cuando esta última entró en quiebra, los terrenos y la presa fueron adquiridos el 2 de junio de 2014 por el Ayuntamiento de Torrelodones, con el compromiso de su conservación, y el 23 de junio del mismo año se transfiere la concesión del aprovechamiento.
En la actualidad, la clasificación urbanística del embalse y su entorno en las vigentes Normas Subsidiarias es la de Suelo no urbanizable protegido, constituyendo zona a ordenar por el planeamiento urbanístico municipal, dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.
A su vez, el Catálogo municipal de Bienes naturales Protegidos califica las zonas de embalse y del aliviadero como Espacios libres catalogados de Máxima Protección, quedando el resto como Zona de Protección.
La orden de demolición de la presa
Con fecha 2 de diciembre de 2022, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico emite una Resolución de Extinción del derecho al aprovechamiento de aguas del arroyo de Trofas, tras comprobar que desde 2019 se ha interrumpido la explotación, de forma permanente, durante tres años consecutivos, confirmándose los hechos al realizar visita de reconocimiento sobre el terreno, haciendo excepción del uso de riego.
Esta resolución se hace firme al no haber presentado el anterior equipo de gobierno alegaciones en el periodo de información pública de un mes, tampoco en el posterior Trámite de Audiencia de quince días (al presentarse con 21 días de retraso), ni interpuso Recurso de Alzada en el plazo dado de un mes desde la notificación de la Resolución.
Una vez conocidos los orígenes de esta presa, la intrahistoria que hay detrás de ella, los esfuerzos por mantener con vida un núcleo de población, un modelo urbanístico y medioambiental singular para Torrelodones, que ha llegado intacto hasta nuestros días, el equipo de gobierno actual está luchado con todas sus fuerzas para evitar semejante pérdida patrimonial, un patrimonio histórico, industrial y medioambiental que es de todos, porque dicha Resolución dio al titular un plazo de tres meses (ya cumplido) para presentar un proyecto de puesta fuera de servicio de la presa, es decir la demolición de la presa y de todas las instalaciones asociadas al aprovechamiento.
La resolución también se considera la permanencia de las infraestructuras e instalaciones en el supuesto de que el Ayuntamiento de Torrelodones solicitara, a la Confederación, una nueva concesión y esta fuera otorgada, conforme a las nuevas características del aprovechamiento.
Ante esta disyuntiva, el actual equipo de gobierno, que no puede asumir un proyecto de demolición de la presa de Peñascales desde ningún punto de vista, ni mucho menos el económico, tras pedir a la Comunidad de Madrid la protección medioambiental de embalse ha optado, cumpliendo con su obligación, por solicitar a la Confederación Hidrográfica del Tajo una nueva concesión para el aprovechamiento de aguas para usos mixtos (riego, pesca, deportes náuticos y extinción de incendios) a derivar del Arroyo de Trofas – Embalse de Los Peñascales a favor del Ayuntamiento de Torrelodones y ha presentado un recurso extraordinario de revisión de la Resolución del ministerial.
Antonio Iraizoz GarcíaConcejal de Urbanismo, Patrimonio Cultural y Los Peñascales
Reportaje publicado en el nº 397 de la Revista de Torre. Puede descargar el archivo pdf de la revista aquí